Los palillos de dientes son uno de los inventos más antiguos, que data desde alrededor del año 1600 y han ayudado a limpieza bucal desde entonces. Su fabricación industrial sigue un proceso histórico y convergente pasando por varias etapas y utilizando máquinas especialmente diseñadas para la fabricación de los mismos.
Básicamente el material necesario para fabricar palillos de dientes se reduce a mango de madero. Los propios fabricantes seleccionan diferentes tipos de madera para producir los palillos, tales como basa, abedul, arce, carbón, ciprés o caoba. La selección de la madera depende de la propiedad requerida por la fábrica tales como dureza, resistencia al agua, durabilidad, elasticidad, tamaño, calidad general, color y costo.
Una vez que el factor de calidad de la madera se ha determinado, la siguiente etapa se orienta a cortar los palillos de madera a la longitud exacta. Típicamente, esto implica apilar la madera sobre una mesa y usando una sierra en línea para producir palos largos. Estos palos después pasan por la segunda fase.
En esta fase se separan los pedazos de los lingotes de madera preparados con anterioridad. Cada lingote se somete a un procedimiento de virado para conseguir dos lados simétricos que luego son recortados con una sierra escuadrada hasta obtener la longitud deseada.
La sierra escuadrada deja los pedazos de madera de forma cuadrada. Luego, se colocan estos palillos en un dispositivo especial denominado rectificadora en el que ruedas abrasivas los redondean y pulen para obtener la forma adecuada para que queden en forma de bala. Además, se distinguen este proceso como ‘calcado’.
Después de que los pedazos de los palillos de dientes se hayan redondeado mediante el calcado, son empujados dentro de una máquina que abre el centro del palillo de dientes, de manera de dejarlo con un diámetro uniforme que es similar al del palito de madera. Se conoce a este proceso como "empuje".
El tallado se refiere a la tarea de grabar los extremos y el centro del palillo. Esta operación sirve para proporcionar un área de superficie más amplia que ayuda a lazos de control de calidad. El tallado anula cualquier irregularidad presente en los extremos de los palillos de dientes y deja una superficie lisa para facilitar su manipulación.
Una vez que se completan todos los procedimientos mencionados anteriormente, la última etapa es el emboltado de los palillos de dientes. En este paso los palillos de dientes se sacan de la máquina y se examinan para garantizar la calidad, antes de introducirlos en las bolsas de papel. Se colocan entonces 50 a 60 palillos en los paquetes y se envían para la venta.
En conclusión, los fabricantes ponen mucho esfuerzo en la fabricación de los palillos de dientes. Para mantener la calidad de los palillos, llevan a cabo todo el procedimiento de forma compatible, lo que les permite ofrecer productos de calibers resistentes y duraderos. Seleccionar el material correcto, distintos tipos de corte y procesos de pulido, entre otros, ayudan a mantener la fabricación de palillos de dientes según los estándares y a un nivel industrial.
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