Desde los años 30, la fabricación de helados artesanales a nivel industrial entraña un extenso proceso con etapas y condiciones particularmente importantes para el resultado final. Aunque existen muchas variedades, para lograr que los helados tengan consistencia y sabor deseados, todos los pasos son iguales, más allá de los cambios en los sabores, colores y texturas. En esta guía explicaremos cuales son estas etapas para que puedas producir tus helados artesanales con éxito.
Ante todo, lo primero que hay que decidir en el proceso de fabricación es la receta. Existen muchas variedades, saborizadas con frutas, chocolates, postres y otros ingredientes, cada una con su propia mezcla de líquidos y sólidos. Una vez decidida, se prepara la receta formulas según las instrucciones, que auguran el impacto gustativo del resultado. Hay que tener en cuenta que la acidez, la cantidad de grasa, los endulzantes, así como la mezcla adecuada con el agua y la presencia, tanto necesaria como moderada, de aire son factores significativos que afectarán directamente el resultado finales.
Son varios los equipamientos y maquinarias especializadas necesarios para fabricar helados artesanales con eficiencia y economía. Los industriales adquieren una mezcladora continua, un equipo de descongelado, un premezclador, homogeneizadores, enfriadores, amasadoras, congeladores, moldeadores, segafré hermético, embaladoras, túneles de refrigeración para congeladores y cajas.
La etapa de mezclado es extremadamente importante para obtener un producto de buena calidad. Para batir el producto, los fabricantes utilizan métodos modernos como la tecnología Transcool, permitiendo mezclar los ingredientes de manera homogénea. El proceso comienza agregando los principales a la mezcla, luego se agregan los secundarios, completando con los específicos según la receta. Después, se realiza la mezcla hasta alcanzar la textura deseada. El producto debe de ser removido ocasionalmente y controlado para evitar que se haga demasiado pesado. Una vez conseguida una textura ligera, libre de grumos, se realiza pruebas para determinar la consistencia deseada.
Para reducir el tamaño de las partículas y mejorar la consistencia de los productos lácteos como la leche, se utiliza homogenizadres. Esta etapa mejora la distribución de la grasa y droplet para obtener una crema y la textura y sabor óptimos.
Una vez pasadas las etapas de mezclado y homogeneización, el producto obtenido debe ser sometido a un proceso de refrigeración, para alcanzar la temperatura óptima antes de homogenizar. Una vez conseguido, se somete a una etapa de envasado, cuya misión es mantener los productos lácteos a la temperatura de conservación óptima sin utilizar aditivos químicos migratorios. Además, se conserva mejor su sabor, aroma y color.
El etiquetado es una etapa fundamental para cualquier producto, con el objetivo de informar al consumidor: Declaración de Ingredientes, Fecha de Caducidad, Procedencia del Producto, etc. A su vez, los fabricantes eligen envases según su propia elección, como botellas, contenedores de plástico, tragantas, tubos y cajas. Deben fluir correctamente durante la fase de llenado, para garantizar que los alimentos no se alteran durante el proceso.
Una vez cumplidas todas las etapas, hay que pensar en el transporte de los helados a la cadena de suministro. Y, con ello, garantizar que lo mantiene suficientemente frío durante todo el trayecto y distribuido por la cadena de suministro al punto de venta en perfectas condiciones. No deben producirse problemas con el envase, como pueden ser roturas, fugas o deformaciones.
Con estos pasos los fabricantes de helados podrán asegurar helados de excelente calidad, siempre que comprometas algunos criterios como la intimidad, limpieza y conservación de los productos lácteos.
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