El carbón vegetal es una forma compacta y versátil de energía utilizada como combustible doméstico, mejorando el ambiente en los hogares en lugar del uso de leña para cocinar, calefaccionar y tomar luz. Esta combustible renovable se puede fabricar artificialmente mediante un proceso conocido como “activación”, que convierte la materia orgánica en carbón vegetal high grade. El proceso de fabricación de carbón vegetal a nivel industrial tiene algunos pasos claves.
La materia prima del carbón vegetal proviene en su mayoría de residuos orgánicos ricos en carbono, como la cáscara de arroz, cascara de soya, cascaras de frutas y semillas. Estos deben ser recolectados para iniciar el proceso de producción de carbón vegetal.
A continuación, los principales residuos orgánicos se someten a un proceso de trituración para reducir su tamaño, moliéndolos hasta la granulometría deseada para facilitar el tratamiento posterior. El tamaño y la composición del material resultante impactan directamente la calidad final del carbón vegetal.
Una vez que el material ha sido triturado, se somete a un proceso de secado para eliminar toda la humedad residual, lo que mejora la calidad de la materia prima y favorece el rendimiento del proceso de producción posterior.
Una vez secos, los residuos se someten a un proceso de compresión, mediante el uso de prensas, a temperatura moderada, para formar briquetas o barras comprimidas, lo que facilita una mejor reacción química y mejora el tiempo y la eficiencia del proceso de activación.
Esta es la parte clave en el proceso para la fabricación de carbón vegetal. El proceso de activación consiste en la aplicación de calor y presión para transformar los residuos orgánicos comprimidos en carbón vegetal. Para conseguir esto, los materiales son colocados en un horno especialmente diseñado a una temperatura entre 300ºC y 700ºC y dejados reaccionar como combustible.
Durante el proceso, los materiales se convierten por oxidación parcial en gases (vapor de agua, monóxido de carbono y dióxido de carbono), mientras se produce la formación de carbón vegetal.
Una vez que el proceso de activación ha concluido, el carbón vegetal obtenido debe ser sometido a un proceso de tamizado para eliminar las partículas diminutas y, como resultado, se obtiene un producto de granulometría, color y combustión homogéneos, mejorando la presentación y la calidad final.
Finalmente, los productos obtenidos se someten a un proceso de cribado para eliminar los elementos más grandes no deseados (agregado grueso) y producir un producto que cumpla con los requisitos establecidos. El grado de cribado definira el tamańo y características del carbón vegetal final.
Finalmente el producto obtenido se almacena en bolsas impermeables y/o sacos de algodón para resguardarlo de la humedad del ambiente, lo que permite conservar su calidad y rendimiento.
Las principales ventajas de optar por el carbón vegetal fabricado a nivel industrial son:
Fabricar el carbón vegetal a nivel industrial implica seguir una serie de procesos, que van desde la recolección y preparación de la materia prima, la compresión, el secado y activación, el tamizado y separación por tamaño, hasta el almacenamiento final. Estos pasos clave no sólo permiten mejorar la calidad y rendimiento del carbón vegetal, si no que también se aprovechan al máximo los recursos existentes y se evita la explotación de recursos naturales no renovables.
De esta manera, la producción de carbón vegetal a nivel industrial permite generar un combustible renovable de excelente calidad, que ofrece un mejor rendimiento energético al momento de ser usado.
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