Alimentación
22 febrero, 2023
El queso amarillo es uno de los quesos más deseados y apreciados en el mundo, debido a su sabor y consistencia únicos. Está hecho a base de leche y puede encontrarse en muchas variedades, desde el tradicional queso suizo hasta los más modernos como Havarti o Gouda. En los últimos años, la producción de queso amarillo se ha incrementado considerablemente a niveles industriales. A continuación se explican los pasos que se llevan a cabo en el proceso de fabricación del queso amarillo a nivel industrial.
El primer paso para fabricar queso amarillo de alta calidad es la selección de la leche. La leche utilizada para esta clase de quesos suele provenir generalmente de vacas lecheras y se evalúa con estrictos criterios de calidad. La leche se somete a varios análisis para determinar su composición, densidad y contenido de grasa. Estos análisis permiten determinar la calidad de la leche y garantizar la calidad final del queso amarillo.
Una vez seleccionada la leche, se procede entonces a pasteurizarla. El proceso de pasteurización consiste en elevar la temperatura de la leche hasta alcanzar los 71,7 °C durante 15 segundos. Esto elimina gran parte de las bacterias y gérmenes presentes en la leche, garantizando la inocuidad y seguridad para su consumo. La leche se enfriará rápidamente para prevenir cualquier cambio en su composición. Antes del siguiente paso, el producto final será sometido a otros análisis para verificar su calidad.
En este paso se le agrega cultura de fermento a la mezcla de leche pasteurizada. Estas bacterias naturales modificaran la composición de los azúcares presentes y crearan propiedades únicas para el queso. Esto hace que el queso amarillo tenga su característico sabor dulce y ácido. Se detiene el proceso cuando la acidez y densidad alcanzan niveles deseados. Esta etapa puede llegar a durar hasta 24 horas.
Ya con la leche fermentada se procede al punto final de la fabricación, el cuajado. Para cuajar la leche se utiliza una enzima conocida como cuajo, la cual se agregan a la leche junto con cloruro cálcico. Esto provocará que las partículas proteicas (caseína) se separen formando una estructura sólida conocida como cuajada. Esta estructura se separará el suero formando lo que será el queso amarillo.
En este paso, la cuajada se saca de la salmuera para comenzar el proceso de estirado. Esto consiste en forzar la cuajada a través de orificios pequeños para formar filamentos largos, conocidos como estirado. Estos filamentos después se cortan en pequeños pedazos que se mantendrán juntos para formar el queso, conocemos como cortado. El tamaño de los pedazos afectará la textura y la estética del producto final.
La maduración del queso amarillo es una etapa crucial para asegurar su sabor y calidad. Esta etapa consiste en el envejecimiento del queso para potenciar sus características organolépticas. Esto puede lograrse mediante el control de la temperatura y la humedad del ambiente. Esto puede durar desde algunas semanas hasta varios meses.
Una vez terminado el proceso de maduración, el producto es listo para ser empaquetado y enviado. Los quesos amarillos se embalan con una parte especialmente diseñada para asegurar su inocuidad y conservarlos por más tiempo. El empaque incluye además información como la fecha de vencimiento, el lote de fabricación y los ingredientes utilizados. Una vez empaquetados los quesos son enviados a las tiendas y establecimientos comerciales para su venta.
Podemos concluir que el proceso de fabricación del queso amarillo a nivel industrial es muy complejo. Implica la selección de la leche, la pasteurización, la fermentación, el cuajado, el estirado, el corte, la maduración y el embalaje. Todos estos pasos le dan a este queso su característico sabor y delicioso aroma.
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