Alimentación
09 marzo, 2023
El coñac (cognac en su nombre original en francés) es uno de los destilados más conocidos a nivel mundial y constituye una marca indiscutible dentro la industria del vino. Su elaboración artesanal fue inventada en Francia durante el siglo XVII y hoy en día, algunas bodegas industriales llevan a cabo este proceso empleando tecnología de última generación.
Elaborar un buen coñac requiere experiencia, tiempo y dedicación, ya que cada paso del proceso se debe llevar a cabo con precisión para poder obtener un producto final de calidad. Estos son los pasos necesarios para elaborar coñac a nivel industrial:
Como todos los licores, la calidad de un buen coñac depende de los ingredientes con los que se fabrica, así que es esencial contar con materia prima de la más alta calidad. Es obligatorio que la uva provenga de las mejores viñas de la región de Cognac –ubicada en el sudoeste de Francia– para satisfacer los estándares legalmente exigidos por la Unión Europea.
Las uvas se recogen manualmente para asegurar que no se pierda la excelencia; luego, se embotellan en barricas especiales para iniciar el proceso de fermentación que permitirá crear el destilado. Este proceso requiere entre dos semanas y un mes.
Una vez embotellada, el mosto de uva se coloca en barricas específicas y se somete a un proceso de fermentación mediante el uso de levaduras naturales, lo cual produce una versión incolora de vino conocida como aguardiente de vino. Ésta es la base para producir el Jarnac: un destilado fuerte que contiene entre 40°-45° grados de alcohol.
En el proceso de fabricación industrial, esta bebida se destila usando alambiques o pirómetros tradicionales hechos de cobre para remover impurezas del líquido y refinarla al máximo.
Esta etapa consiste en destilar la aguardiente de vino obtenida anteriormente en alambiques o "pirómetros". Esto separa las mezclas con mayor porcentaje de alcohol, para que luego sean envejecidas en barricas de roble. La mayor parte de fabricantes de coñac prefieren el roble blanco porque soporta mejor el envejecimiento, ofreciendo una mayor variedad de matices en el aguardiente de vino.
Además, el acabado de las barricas asegura que el licor interior sea adostrado por el roble, aportándole un nuevo sabor. Por último, la bebida se filtra y queda lista para ser llenada de nuevo en sus botellas originales y ser enviada a los tantos distribuidores alrededor del mundo.
Una vez colocado en las barricas, el coñac alcanza rápidamente sus niveles óptimos de sabor, aroma y acidez. Aunque cada fabricante tiene sus propias prácticas y recetas, la mayoría disfruta de un envejecimiento de al menos 4 años, ya que toma tiempo para que la bebida madure.
No obstante, los fabricantes industriales saben sacar ventaja al uso de los avances tecnológicos modernos, multiplicando los beneficios de envejecimiento en unos cuantos meses sin dejar de lado la calidad. El tiempo de envejecimiento también le da al coñac su aromática característica, ya que es el producto de la oxidación que se produce en sus moleculas durante la larga guarda.
Una vez que el coñac alcance su plenitud, se le somete a un proceso de mezclado, donde se le agregan ingredientes naturales como azúcar, canela, raíz de angélica o limón para darle el contenido final deseado. Esta mezcla entonces, es finalmente embotellada almacenada para después ser etiquetada.
Los fabricantes industriales de coñac utilizan etiquetas adhesivas certificadas para asegurarse de que el consumidor final obtenga un producto de la más alta calidad y reciba toda la información necesaria sobre la producción. Como se mencionó anteriormente, el proceso completo desde la selección de la mejor uva hasta el embotellado y etiquetado puede demorar entre 2 y 4 años, dependiendo del tipo de coñac.
Ahora que conoces el procedimiento de fabricación de coñac a nivel industrial, ya no tienes excusas para no disfrutar de una copa de este hermoso destilado que lleva siendo el favorito de los más distinguidos entendidos en alcoholes desde hace más de 300 años. Así que asientate, disfruta de su sabor y respeta el arte de su fabricación.
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